
un habitante de scoglitti me habló de su aventura en el puerto
dijo:
un caracol se arrastraba sobre la pared de una casa que ya no existe
dejó un largo recorrido de tinta
lo agarré con los dedos
lo clavé en un anzuelo y lo tiré
justo en la boca azul de la tarde
crucé los brazos por detrás de la cabeza y me puse a esperar recostado
la caña desapareció de un tirón
empecé a correr por la orilla
con la misma velocidad con la que rezaba
le prometí al dios casto que ya no viviría con mi prima
no obtuve respuesta
la caña desapareció
esa noche me acosté
y la profundidad del sueño devolvió:
una mano
ascendía
tenía el caracol entre los dedos
puso la carnada en en mi boca
mi cuerpo se empezó a retorcer
mientras me arrastraba;
desde la tos
expulso
tinta negra
chorrea
la pupila se empieza a abrir
el incendio se dilata
todo arde
el poema ha sido escrito.
Por Alat Saile
Ilustración por Rodrigo Tropeano