La noche se acerca
con calma pereza.
No se apura
de nadie es presa.
Cristales en el cielo
y humo en tu voz.
Nuestro juego secreto
es inmune al dolor.
La melodía del sueño
nos conduce sumisos.
Somos aves mansas,
somos presas del hechizo.
Un paraíso sin filos,
y sin muecas de pavor.
¡Permítanos quedarnos!
tejen las voces el clamor.
Nos arrancan de raíz,
nos escupe el propio mar.
Viaje efímero. Hemos vuelto
a pálida vida; realidad.
Poesía: Lucía Casim
Arte: Kevin Cetto